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Hola, encantada. Entiendo que si estás aquí, si has pulsado en "la psicóloga", quizá sea porque buscas una psicóloga con la que iniciar un proceso de terapia y quieres fabricarte una idea de quién o cómo soy (o para reafirmarte o cambiarla si ya me conocías de antes).

Si has llegado hasta aquí probablemente sea porque algún expaciente me ha recomendado y quieres saber más.

Esta web es para eso y para que puedas encontrar toda la información que necesites con total transparencia antes de que empecemos terapia.

Si quieres coger cita, puedes contactar conmigo o seleccionarla directamente en mi horario.

María Teresa López Alonso

Hace unos años cenaba con B después de una dura semana. Después del segundo viaje al bufet, tras un punto y aparte de la conversación anterior acerca de lo dura que me resultaba la única asignatura del máster que he llevado al día y cuánto tendría que hacer en navidades, con una sonrisa sardónica y mirándome de soslayo me dijo “No entiendo por qué te empeñas, Teresa. La Psicología no es una ciencia” y esperó en el silencio. Como el pirómano que contempla el crepitar de la chispa que encenderá el mundo, mientras mi sonrisa se apagaba, mi mirada se llenaba de dolor y mi ceño se fruncía a la defensiva. Lo que B piense de mí me afectaba mucho. A veces de forma incontrolable.

María Teresa López Alonso

La orientación con la que trabajo se llama Cognitivo-conductual-social. Después de la carrera, profundicé en esta orientación con el máster del centro Bertrand Russell de Madrid (España). Me gustó y aprendí muchísimo.

María Teresa López Alonso

Una familiar es terapeuta transpersonal. En la última reunión navideña hablabamos ella y yo de que lo importante es que, trabajes como trabajes, seas honesta contigo misma y con tus pacientes. Porque al fin y al cabo son tus clientes y se merecen saber lo que compran.

María Teresa López Alonso

No sé si habrás escuchado -yo bastantes veces- algo como eso de la depresión no es una enfermedad. Qué perecita.

La etiqueta de enfermedad a "eso de la depresión", es lo que, en realidad, menos importa. Cómo lo llamamos es el debate más absurdo que podemos tener. Porque la realidad es que eso, la enfermedad, el trastorno, la tristeza, la tontería de sociedades desarrolladas –como he llegado a oír–, llámalo equis; La depresión mata gente.